Cuentos que no son cuentos V ...


Fueron buenos tiempos por un tiempo, él trabajando en la mina y su pequeña huerta, yo en la casa, fregar, lavar, cocinar, las gallinas, los conejos, en fin, él contento yo contenta y el zagal creciendo. Bueno y algún rato para mis comadres, aunque fuese a gritos.

La roja no se me presentó un mes, nada dije, ni me preocupe. Yo pensé que se iba a arreglar. Fue la "Pelín", como siempre, lo adivinó en una de sus visitas tras sus cosechas de hiervas y matojos.

Yo tendiendo la colada, ella a mi lado ayudando y su charla sin parar y aquel mirar sin mirar controlando. Tendimos entre las dos una sabana. Frasquito en el suelo berreando.

- Sabes moza, siempre me gustaron tus paños de hilo fino, tan bien hechos con ganchillo. Nadie en toda la Cuesta de Gos usa remedios tan finos. Por cierto a los que ahora no veo. - ¡Estaba en to, la jodida!

- Mira moza, si quieres tener visita y no tener invitados, ruda, toma ruda, un pelín por la mañana.

La miré con rabia y le dije no, que hierbas yo no tomaba y que mi Juan y yo otro zagal si queríamos. Cojió otra prenda lavada y tendiéndola me soltó

- Sí, un zagal siempre son risas y alegrías en casa, y una boca más que alimentar ... y con Frasquito que ahora empieza a gatear .... ¡ No se, moza! y en estos tiempos que corren. Por la Cuesta se comenta, corre el rumor, que habrá despido en las minas. Los inglese no parecen contentos con el resultado, no es todo lo que de ellas se esperaban ... ¡ como siempre!, Con un lápiz y papel la tierra no se trabaja y nunca fácil se lo puso al hombre que con sus mano la cava y ¡eso tu también lo sabes moza!, recuerda, ¡ Ruda, un pelín de ruda por las mañanas!.

Aquella noche en la cama "el corro" me lo notó. Le conté lo del rumor de las mina, lo del zagal lo aguarde para después con las risas.

El domingo y en la misa, Jesús el cura, soltó:
- Pronto habrá que acristianar a tres o cuatro zagales, que hace tiempo que nacieron. - Me miró con intención, pero yo disimule devoción. Yo pienso ... que si nos esperamos ¡ el mismo gasto será para los dos!.

- ¡Anica, Anitica! que fina eres jodia! ¡ Algo de esto me esperaba yo! ¡tranquila! y miedo no tengas, que en casa de pobre el zagal come y los brazos pone. En cuanto a lo del trabajo, siempre le ronda a los pobres. ¡Tranquila, Anica, tranquila! Las minas quizá no son todo lo que ellos quisieran, pero lo poco o lo mucho que dan, con manos tendrán que sacar y en eso tu hombre es bueno, o la solución final, a Jazmín poner alforjas y poner tierra por medio.
A "la santísima trinidad" dí que así que nazca el zagal y que de ser macho será Juan, como mi padre y el padrino Martín Sancho, que es mi amigo.

Me tranquilizó, tenía razón, todo seguiría igual, sin ser lo mismo.
Y vinieron los despidos, y eso pronto se notó en las casas y en la Cuesta de Gos, menos gente trabajando en las minas, amigos que con abrazos despides, gente conocida que desaparece avergonzada con la oscuridad, caras que dejas ver y el dinero de correr como bien se quejaba y decía "Manuela la del colmado".

Tu abuelo también cambió, ahora bajaba antes, con su corrillo de amigos, sin pasar por el "colmado". Se juntaban en la casa o en la era. Yo contenta, cerca de mí, de Manuela lejos.

Fue un conocer mejor a sus amigos y gente, sus alegrías y miedos, sus manías y rarezas que poco a poco acepté. Con temores, las peleas y discusiones que entre todos se formaban y con abrazos y risas las finalizaban. Yo sin dejar de trajinar o con el zagal en brazos, en silencio y escuchando lo que a veces no entendía, ¡ Al ser mujer y preñada!. Luego por la noche, a solas, "el corro" me lo contaba.

Pronto lo comprendí, con los pobres lo de siempre, más trabajo y menos sueldo.

Mi abuela, dos veces más abuela tuya, nos cantaba en Cartagena esta canción "El pobre que nace pobre, porque así lo quiere Dios. Algo harías en otra vida para no nacer señor"

Martín Sancho " el grande", hijo de Martín Sancho "el chico" el que muy poco creció, era su amigo mejor, no era su amigo del alma, sí el amigo de cojones, pues el alma no es seguro de tener, como ellos mismos decían y de lo segundo sí, como divulgaban y presumían entre chanzas y risas y escándalo de algún presente.

Al llegar a Cuesta de Gos, tu abuelo lo conoció, formo cuadrilla en la mina y al salir ya era parte de su "corro". Juntos es fiesta y bailes, cantando Pascuas por pascua y en las batallas de "trovas". Noches de farra y alcohol, estando los dos solteros, con Manuela, la del colmado y sus dos primas. Fué una de ellas, que una noche les lanzó "Vosotros siempre juntos, como los maricones". No se enfadaron. Se quedaron en pelotas y aquella noche y encima del mostrador con las tres mozas follaron entre el asombro, bromas y risas de toda la concurrencia, que pronto se encargó de divulgar la hazaña entre los mineros y campesinos de toda la Cuesta de Gos.

Nunca nadie volvió a hablar de su amistad. Solo "Jazmín",la mula, nunca toleró a Martín Sancho "el grande" su presencia en su grupa o cercanías que ella rechazaba a base de buenas cozes y pronto fueron   famosos sus celos en chirigotas y bromas de toda la Cuesta de Gos.

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